Sobeida La Muñequera


 Sobeida Jiménez "la muñequera"


      Sobeida Candelaria Jiménez de Ochoa nació en Píritu, Portuguesa, el 2 de febrero de 1942. Por nacer precisamente el día de la festividad mariana de La Candelaria su madre Julia Parada le dio ese segundo nombre. Su padre, Nicolás Jiménez llega a estas tierras desde Apure dedicando su vida al comercio y lidiando algunas veces contra las reprimendas y persecuciones de los vasallos del gobierno de Marcos Pérez Jiménez. Estas vicisitudes las vivió Sobeida con su familia, lances que fueron superados después de la caída del régimen.

     Lamentablemente las consecuencias de una tragedia doméstica ocurrida en Bogotá le produjo la muerte cuando era intervenida quirúrgicamente en Barquisimeto, el 2 de febrero de este año, justamente cumpliendo 70 años de vida, como si ella misma lo dispusiera así. Su cumpleaños se celebró en diferentes circunstancias, con sus amigos y muchas personalidades que hacen vida activa en el país dando una despedida como lo merecía una artista como Sobeida. 

     De temprana edad tuvo amor por el estudio, es así que en la educación primaria cursó comercio en un colegio de monjas, pero su afición no era esa, por lo que opta por inscribirse en la Escuela Normal “Simón Rodríguez” en la ciudad de Valencia donde se tituló de maestra en 1962. Laboró de educadora en la escuela “Antonio Ignacio Rodríguez Picón” de Píritu hasta su desincorporación.

     Inicia el oficio, según ella, de “criar muñecas” a partir de la década de 1970, inspirada en una muñeca que le regaló doña Eusebia Montilla, hija del famoso General Rafael Montilla (El tigre de Guaitó). De ese entonces acoge a esta pequeña pieza de trapo como su consejera y compañera de viajes, además la inspiró en la creación de incontables muñecas con retazos de tela que llevaba para la escuela, donde invitaba a los escolares y padres a confeccionarlas mientras intercambiaba impresiones sobre el rendimiento escolar de sus alumnos. Es así que en adelante asume su propia técnica pedagógica de inducir tanto a niños como a adultos a la liberación del ajetreo a través del juego y el contacto continuo con la naturaleza.

     Sobeida fue una mujer de amplia trayectoria nacional e internacional, elevada a Patrimonio Cultural del país. Su trabajo manual lo concluía con retazos de tela y trapos y sus exposiciones andaban acompañadas de ilustraciones literarias y manifiestos, incluso, estimulaba a quienes participaban en sus eventos para que escribieran sobre su obra y su infancia. Con el correr del tiempo toma tanta celebridad que se ve comprometida a crear un museo el cual con mucha originalidad concluyó llamándolo “El museo de las muñecas”. Su legado y su inusual característica para transmitir sus conocimientos sobre lo que la llevó a la fama (crear muñecas y conversar con ellas) le permitió presentarse en importantes escenarios de América y Europa, sobre todo dando conferencias, foros, exposiciones, etc. en renombradas universidades. En una de esas intrépidas salidas se exhibió en Moscú en la celebración del Congreso Mundial de Centros, Cubes y Asociaciones patrocinadas por la UNESCO. En 1982 visita a Cuba, por razones de índole familiar, acompañando a una delegación que asistía al Consejo Mundial de la Paz, ocasión que le permitió conocer al poeta Nicolás Guillen en la celebración de sus 80 años en la sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

     Su fama quedó dispersada en todo el ámbito cultural de nuestra patria y en buena parte del continente. En toda su trayectoria artística recibió numerosísimos reconocimientos; además, su forma de expresar el arte dio cabida para adoptar diferentes apodos. Fue Ali Primera quien afianzó el apelativo de “Zobeida la muñequera” en la canción del mismo nombre que compuso dedicada a su particular forma de ser y por la manera de presentar las muñecas en diversidad de eventos, además en esta canción la menciona como la loca Sobeida, expresión que ella toleraba, ya que esa manifestación de sentimiento ajeno lo interpretaba como comentarios o expresiones que nacían de su gesto corporal y artístico. El mismo Ali le dedicó un comentario en una estampa que ella dibujó: “Querida Zobeida: El arte solidario, aquel que se ejerce del amor del hombre y su combate, tiene en tí un fiel soldado, una hermosa militante. Te abraza hasta siempre tu hermano, Alí Primera”.

   Hoy día la cultura espera que el “2 de febrero” sea declarado “Día nacional de las muñecas de trapo”, en honor a esta insigne mujer.

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